Antes de que amaneciera, salí huyendo de tu cama. En tu espejo
un testamento:“No nos queda nada”. Deje tu barra de labios,
y con ella un par de años.De quererte por las tardes, de
mañanas sin llamarte. Tropezamos de repente, como en un nuevo 11S .
Sonreíste a quema ropa, contra el filo de mi boca. Y susurraste
que el pasado, solo es como un día malo. Y la lluvia abrió las puertas,
de mi vida en tu Ford Fiesta. Siempre fui poniendo parches,
negando segundas partes.Hasta que me demostraste,
que no quiero olvidarte.No consigo recordar, porque motivo me fui,
pero en tu cuarto de baño, sigue tu rojo de labios. No consigo recordar,
como he llegado hasta aquí, solo sé que estoy borrando,
lo que un día te hizo daño.
Tú me enseñas que, se puede querer lo que no ves